viernes, 3 de julio de 2009

La Renovación Carismática, don del Espíritu a la Iglesia

Autor: S.S. Juan Pablo II Fuente: Zenit.org Celebración a los treinta años de la implantación en Italia de la Renovación Carismática Católica
La Renovación Carismática, don del Espíritu a la Iglesia

CIUDAD DEL VATICANO, 14 marzo 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebró este jueves los treinta años del nacimiento de la Renovación Carismática en Italia recibiendo a una delegación de miembros de este movimiento eclesial esparcido por todo el mundo.
«¡Sí! --exclamó con entusiasmo el Papa al dar la bienvenida a los «carismáticos», como comúnmente son conocidos--. La Renovación en el Espíritu puede ser considerada como un don especial del Espíritu Santo a la Iglesia en nuestro tiempo».
La Renovación en el Espíritu Santo cuenta en Italia con más de 200 mil miembros, distribuidos en 1.800 comunidades o grupos de oración. Según cálculos citados este jueves por Radio Vaticano, reagrupa en el mundo al menos a 80 millones de católicos. El Santo Padre agradeció en particular el espíritu con el que crece la Renovación en Italia, caracterizado por «la colaboración con la Jerarquía y con los responsables de los demás movimientos, asociaciones y comunidades».
«Nacido en la Iglesia y para la Iglesia --constató--, en vuestro movimiento se experimenta a la luz del Evangelio el encuentro vivo con Jesús, la fidelidad a Dios en la oración personal y comunitaria, la escucha confiada en la Palabra, el descubrimiento vital de los Sacramentos, así como la valentía en las pruebas y la esperanza en las tribulaciones».
El obispo de Roma añadió que «el amor a la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, en un camino de maduración eclesial apoyado por una sólida formación permanente, son signos elocuentes de vuestro compromiso por evitar el riesgo de quedarse, sin querer, en una experiencia meramente emocional de lo divino».
Este riesgo, siguió explicando, se puede apreciar «en una búsqueda exagerada de lo "extraordinario", y en un repliegue intimista que rehuye del compromiso apostólico».
Al final del encuentro, el Papa bendijo tres proyectos lanzados por la Renovación Carismática en Italia.
El primero es el apoyo a la implantación de la Iglesia en Moldavia, en colaboración con la Fundación «Regina Pacis» de la arquidiócesis italiana de Lecce. Esta institución, entre otras cosas, ha liberado de la esclavitud de la prostitución en la que habían sido confinadas cientos de jóvenes moldavas en Italia.
El segundo proyecto impulsado por el pontífice es la animación espiritual realizada por miembros de la Renovación Carismática de santuarios marianos, «lugares privilegiados del Espíritu», reconoció, «que os da la oportunidad de ofrecer a los peregrinos caminos para profundizar en la fe y en la reflexión espiritual».
Por último, alentó el proyecto de la «Zarza ardiente» (Cf. Zenit, 7 de mayo de 2001), una invitación a la adoración incesante, día y noche. La iniciativa pretende que los cristianos «regresen al Cenáculo» para alcanzar la plena unidad y la conversión de los pecadores.

La Renovación Católica y la vida en el Espíritu

Autor: Roberth Phoenix Fuente: Pax Dei

Partiendo de un pequeño grupo de oración, la experiencia se ha difundido con el ímpetu de un nuevo Pentecostés, hasta hacerse presente en numerosos países del mundo.
La Renovación Católica y la vida en el Espíritu
En el mundo actual es demasiado difícil vivir como cristianos, contando solo con nuestros propias fuerzas, porque somos tan humanos emocional e intelectualmente que necesitamos y debemos permitir que el amor de Dios toque nuestros corazones y nuestras mentes. Hoy en día hay millones de Católicos en el mundo no hablan solamente de un Pentecostés histórico, sino que dan un testimonio claro y poderoso de un Pentecostés personal, de sus propias experiencias, de la presencia y obra del Espíritu Santo.
¿Quién serías si no recordaras nada de tu pasado?...
La historia de un país es lo que determina su identidad, valores y traza los parámetros de su futuro. En la Iglesia no funciona distinto. El espíritu Santo dio origen a la Iglesia. La Iglesia nace en Pentecostés, cuando el Espíritu Santo es enviado para “Santificar indefinidamente a la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo espíritu” (LG 4;EF 2,8).
“El Espíritu de Dios, con admirable providencia quía el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra” (GS 26) “Signo de la comunión y de la unidad de la Iglesia en Cristo es el apostolado asociado de los fieles laicos, las diversas formas de asociarse pueden representar, una preciosa ayuda para llevar una vida cristiana coherente con las exigencias del Evangelio y para comprometerse en una acción misionera y apostólica” (CL 29).
Esto implica aceptar que también los movimientos eclesiales tienen una formación histórica que comienza en un momento determinado. Dentro de las diversas formas del apostolado laical a partir del Concilio Vaticano II, surgió la llamada Renovación Católica Carismática en el Espíritu Santo durante el verano-otoño de 1967. Esta experiencia espiritual se ha extendido a los cinco continentes del mundo y por tal razón la Santa Sede el 8 de julio de 1993 publicó un Decreto reconociendo a ICCRS (Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica), como un “cuerpo para la promoción de la renovación Carismática Católica con personalidad jurídica”, según el canon 116 del CIC (Pontificium Concilium por Laicis. 1565/93 AIC-73).
La Renovación Católica Carismática en el Espíritu Santo es un Movimiento de renacimiento espiritual bajo el signo de Pentecostés, que lleva a una vivencia de Dios o de la fe semejante a las primeras comunidades cristianas por sus características: oración espontánea en pequeños grupos y asambleas, donde hay un contacto vital con la Sagrada Escritura y se realiza un servicio de la caridad a los hermanos de fe. Es un Pentecostés hoy, donde la gracia del espíritu se distribuye a cada uno según Él quiere.
El acontecimiento de renovación espiritual mundialmente conocido como Renovación Católica Carismática en el Espíritu Santo, fue suscitado por Dios en el año de 1967 en los Estados Unidos donde un pequeño grupo de la Universidad Católica de Duquese, en Pittsburg, experimentó una profunda renovación espiritual. Trasformados por esta renovación de la experiencia de salvación en el Espíritu, se sintieron personalmente llamados a vivir un nuevo y más profundo seguimiento de Cristo y decidieron empezar un estilo de vida diferente. Partiendo de este pequeño grupo de oración, la experiencia se ha difundido con el ímpetu de un nuevo Pentecostés, hasta hacerse presente en la actualidad en numerosos países del mundo.
En México
A nuestro país llega a finales del año de 1970, cuando se celebra en la ciudad de México el primer retiro de Renovación en el Espíritu Santo apoyado por el actual Monseñor Carlos Talavera y dirigido por el padre Harol Cohen, S.J. de Nueva Orleáns, Estados Unidos y del cual surgió el primer grupo de oración. A partir de entonces y sobre todo del Primer Congreso celebrado un año después, esta grandiosa obra del Espíritu Santo con sus espléndidos frutos se ha multiplicado y difundido por toda la República Mexicana.
Ésta renovación llegó a la ciudad de Puebla en el año de 1973 por iniciativa del P. Salvador Martínez, misionero del Espíritu Santo, quien organiza un grupo de personas para asistir a la segunda comunidad de San José el Altillo en México, y tomar el curso de iniciación. A partir de ese curso se logran mantener con la fortaleza del Espíritu Santo, doce personas coordinadas por el P. Salvador y la señora Alicia Martínez de Gómez (D.E.P.), éstos grupos logran multiplicarse por casi toda la Arquidiócesis.
La llegada a Puebla de la Renovación a pesar de ser inesperada, no planificada y más aún, incomoda para mucha gente, fue después de un tiempo de prueba, de desprecios e incomprensiones; reconocida como obra del Espíritu Santo y produjo buen fruto en el terreno fértil previsto por el Concilio. Pues por fin se entendió que la Renovación Católica Carismática no trae nada nuevo a la Iglesia sino que simplemente revela y renueva aquello que ya posee.
Con ocasión de la celebración de los 30 años de la Renovación Carismática Católica, en la ciudad de Puebla, me puse a platicar con algunos de los fundadores del movimiento como Luis Gerardo Reyes Ramírez, quien recuerda que le preguntaban como un católico de familia tradicional y, mas aún, católico de apariencias podía haberse vuelto Carismático. La respuesta es que cuando la misa no significaba nada para él y solo por aparentar confesaba y comulgaba, se iba dando cuenta lo poco que Dios significaba en su vida, y entonces escuchó el llamado del Señor a través de un primo enfermo y de algunas personas que fueron el instrumento para abrir una puerta por donde la luz llegó a su vida. Como resultado de todo esto, un día después del curso de iniciación que recibió en San José el Altillo en México, su fe se revivo y regresó a la Iglesia con un nuevo sentido de compromiso y dirección.
Él, al igual que muchos, vivió muchas maravillas que el Señor realizaba y sigue realizando, pero que para él al iniciarse en ese camino era algo sorprendente, pues Dios actuaba en el mundo de hoy como hace 2000 años. Así los iniciadores del movimiento en nuestra ciudad, vivieron gozándose en el Señor y también con algunos momentos duros pero con un gran fruto, con grandes criticas de los mismos sacerdotes y hermanos católicos de otros grupos de apostolado. Cuestionando: ¿Serán católicos o protestantes? Era la hora de la determinación y de dar respuesta: ¡Si! ¡Católicos! Hijos de la Iglesia con un gran amor a María, al Santo Padre, a los sacramentos con especial veneración a la Santa Eucaristía. ¡Si¡ Católicos, apostólicos y romanos. Los hermanos a los que quizás no querían, o por lo menos, no aceptaban.
Obedecer, obedecer, obedecer y mil veces obedecer. Éste sometimiento a la voz de Dios, a nuestros sacerdotes y obispos les valió poco a poco el reconocimiento como hijos de la Iglesia.
Éste movimiento caminaba ya en la Iglesia de Puebla con hombres y mujeres en ningún modo superiores como cristianos, con una nueva y más rica fe que deseaban permitir que el Espíritu Santo cumpliera una misión mas importante en sus vidas. Su meta era servir a la misión de la Iglesia ayudando a otros a crecer en la fe, reconociendo que todos somos llamados a vivir por el Espíritu y a ponernos al servicio de la Iglesia y del mundo.
Es sin embargo a partir de 1987, en la circular 16/87 del gobierno eclesiástico del Arzobispado de Puebla, que Mons. Rosendo Huesca tiene a bien dar a la Renovación su reconocimiento como Movimiento Eclesial para lo cual nombra como Asistente Diocesano al P. Luis Ruiz Velásquez quien junto con el P. Humberto Vargas Rivera, Vicario Episcopal de los laicos, debieron constituir un equipo de coordinación diocesana.
De esta manera muchos laicos de nuestra Arquidiócesis han podido tener un encuentro con Jesús vivo y verdadero, Señor y salvador, que ha cambiado las vidas de todos ellos que hoy nos comparten sus testimonios de vida: “Jesús cambió todo, supe que Él estaba ahí, Él estaba en esa oración, Jesús vivo quería llenar mi corazón, Jesús dice tengo sed, Él tenía sed de mi, de mi vida, de mi alma, el me quería para Él. Él me amo como nadie como nadie ha podido amarme ni me amará jamás, ni mis padres, ni mis hijos, ni mi esposa. Nadie me podrá amar más que Jesús. El hizo que mi vida tuviera sentido, el verdadero sentido del amor misericordioso de Dios, que sin importar mi gran pecado, mis grandes ofensas, Él llega hasta a mi y me enamora de Él. Hoy después de 30 años puedo decir como San Pablo, me esforzaré y caminaré hasta alcanzar la corona de la gloria”.
En el mundo actual es demasiado difícil vivir como cristianos, contando solo con nuestros propias fuerzas, porque somos tan humanos emocional e intelectualmente que necesitamos y debemos permitir que el amor de Dios toque nuestros corazones y nuestras mentes. El amanecer de un nuevo milenio trae consigo temores y expectativas. Ahora las expectativas están cifradas en las nuevas generaciones.
Hoy en día hay millones de católicos en el mundo no hablan solamente de un Pentecostés histórico, sino que dan un testimonio claro y poderoso de un Pentecostés personal, de sus propias experiencias, de la presencia y obra del Espíritu Santo. Éste grupo esta formado por cardenales, obispos, sacerdotes, religiosas y laicos de todo tipo, de todas las edades y de todo nivel social.
Cada uno de ellos han entrado en una nueva relación con Jesucristo a través del poder del Espíritu Santo, y se puede decir que en el centro de esta experiencia se encuentra una nueva conciencia de la presencia de Dios.
Hoy, muchos de los que hemos sido parte de éste movimiento hemos aprendido que para empezar a vivir en plenitud todo lo que Dios desea para nosotros, antes que nada debe reavivarse nuestro cristianismo de la infancia en el Espíritu Santo; es decir, volver al primer amor con el que el nos conquisto la primera vez. En cada uno de nosotros, esta experiencia, se da de modo distinto. Nuestro Señor no es un Dios de métodos y técnicas, pero si de relaciones. Al agradecer al Señor por todo lo que ha hecho en estos 30 años de la Renovación Carismática Católica en Puebla, me doy cuenta que todavía hay mucho más por hacer.
Entonces vuelvo a preguntar: ¿Quién serías si no recordaras nada de tu pasado?... La historia de la Iglesia es lo que determina su identidad, valores y traza los parámetros de su presente y de su futuro. Compartamos pues esta maravillosa buena nueva de salvación, para que futuras generaciones disfruten, de la misma manera que tu y yo lo hemos hecho, del amor y la misericordia de Dios renovándonos día a día.
Ésta es la voz de la Pax Dei...Comentarios: roberth_phoenix@hotmail.com

¿Qué es la Renovación Carismática Católica?


Un movimiento mundial, pero no uniforme, ni unificado. No tiene fundador particular, ni un grupo de fundadores como muchos otros movimientos
¿Qué es la Renovación Carismática Católica?
La Renovación Carismática Católica (RCC) es una corriente de gracia por medio de la cual el Espíritu de Dios nos lleva a vivir de manera vivencial la realidad del Cuerpo de Cristo.
La Renovación es una conversión y entrega constante a Dios, una docilidad creciente al Espíritu Santo. De allí que para la Iglesia, la Renovación es un Pentecostés actual para renovar la Iglesia de hoy. La RCC, más que ser un movimiento en la Iglesia, es la Iglesia en movimiento.
En ese sentido se expresó el cardenal Leon Joseph Suenens cuando escribió en su Carta Pastoral para Pentecostés de 1973 lo siguiente: “Digamos de una vez que no se trata de un Movimiento nuevo en el sentido usual del término, sino de una corriente de gracias que el Espíritu Santo hace surgir por todas partes. La Renovación Carismática no es un movimiento, sino el moverse del Espíritu Santo”.
Por su parte, monseñor Alfonso Uribe Jaramillo (Colombia), la definió de esta forma:
La RCC es:
- Un mejor conocimiento de la Persona y de la Obra del Espíritu Santo.
- Una experiencia profunda de su presencia en nosotros y de acción en nuestras vidas. Una entrega sin limitaciones a la conducción del Espíritu Santo y una constante docilidad para seguir sus inspiraciones.
- Es la renovación del amor en todas sus proyecciones (Del libro: “Conozca la Renovación Carismática”).
El padre Benigno Juanes s.j., destacado líder de la RCC de República Dominicana, la define de esta manera: “La Renovación Cristiana en el Espíritu Santo –como también se conoce en algunos países a la RCC– es el redescubrimiento experimental del poder del Espíritu Santo en cada uno y en la Iglesia, y la apertura a su acción, para vivir el Evangelio en plenitud (hasta sus últimas consecuencias), para evangelizar con poder, ser testigos de Cristo resucitado y renovar todas las formas de presencia –y servicio– de Cristo en la Iglesia y en el mundo” (Del libro: “¿Qué es la Renovación Carismática Católica y qué pretende?”).
Fundamentación Teológica de la Renovación
La base teológica de la Renovación Carismática está en el Misterio Trinitario y, particularmente en el conocimiento progresivo de la Persona del Espíritu Santo y en su acción insustituible e ininterrumpida en la Iglesia y en cada uno de nosotros. Pero la Renovación no se centra exclusivamente en el Espíritu Santo, minimizando la acción del Padre y la de Jesús. Muy al contrario, el Espíritu Santo es quien da al cristiano testimonio de Jesús (Jn 15, 26) y quien lo capacita para que sea testigo de su resurrección. Precisamente uno de los frutos de la Renovación es la proclamación alegre que muchos están haciendo de un Jesús vivo, «constituido Señor y Cristo por Dios» (Hch 2, 36) y a quien están sirviendo con gozo pascual.
Comunicamos una Experiencia Fundamental
Debemos conocer también qué es la Renovación Carismática, según los Estatutos del ICCRS, aprobados por S.S. Juan Pablo II. Allí se nos dice que: “La Renovación Carismática Católica es un movimiento mundial, pero no uniforme, ni unificado. No tiene fundador particular, ni un grupo de fundadores como muchos otros movimientos. No tiene lista de miembros participantes.
La Renovación Carismática es la reunión muy diversa de individuos, grupos y actividades, con frecuencia del todo independientes unos de otros, en diferentes grados y modos de desarrollo, con diversos énfasis; y que sin embargo participan de la misma experiencia fundamental y persiguen los mismos objetivos generales”.
Esta experiencia fundamental es la efusión del Espíritu Santo –o bautismo en el Espíritu–, que es una renovación de las gracias recibidas en nuestro bautismo sacramental, y que nos lleva a vivir la vida nueva en el Espíritu.

sábado, 13 de junio de 2009

INVITACIÓN

El Espíritu Santo es la fuerza, el poder que nos empuja, nos inquieta y nos mueve a ser testimonio y memoria viva de Jesús, con los dones, carismas y frutos del Espíritu Santo. Nos dejamos guiar llevando el anucio de que en Jesús hay redención abundante. Jesús es el único que le da sentido y significado a nuestra vida. Déjate renovar por el poder del Espíritu Santo y tu vida no será la misma.Te llenarás de gozo, de paz, de bendición, de alegría, porque solo Dios hace al hombre feliz. Nos reunimos todos los jueves a las 7:00 pm en el comedor del Colegio San Antonio de Guayama. El cuarto jueves del mes, celebramos la misa de Sanación en el Templo San Antonio de Padua de Guayama a las 7:00 pm. Deja que tu lengua se llene de alabanzas y tu corazón de alegría, pues somos templo del Espíritu Santo. Att: Héctor Iván (Coordinador Renovación Carismática de Guayama) Los esperamos con los brazos llenos de gozo y amor en Cristo Jesús. Dios le Bendiga.